… que curiosa pregunta en estos tiempos… o desde que empezó está historia…¿Imaginas levantarte después de una larga y dura noche escuchando bombardeos y, seguidamente, mal vestirte para salir a tirar piedras sin saber contra quien?... A diario me hago esta pregunta, a diario intento ponerme en el lugar de estos que tantas veces observo con atención en los noticiarios y no consigo siquiera acercarme a lo que puede ser uno de sus días… Cuando aquí nada va más allá de saber si ganó uno u otro equipo de fútbol o de que vestido hizo uso cualquiera de las estrellas de la pantalla, hay quien realmente tiene serios problemas por los que plantearse decenas de preguntas… ¿Imaginas salir de casa sin saber si volverás? … ¿Sin saber si volverá tu hijo, padre o hermana?... ¿Tu hija?... ¿Imaginas una operación sin anestesia? ¿Un hospital al aire libre entre montones de escombros que llevan meses sin que nadie se plantee quitarlos de en medio?... Es increíble como la vida cambia de sonido en una u otra parte del globo, es increíble como cambia el color, el aroma… la esencia… el sentir y el subsistir… como nos aferramos a ella, cada cual en nuestro entorno y como, intentamos complicarla, de uno u otro modo… que bien fácil es para muchos de nosotros sentir el que bonita es la vida, pero, ¿de veras es así?, ¿de veras es bonita?... o simplemente es y está, para cada cual a su modo y según su entorno le permite... ¿podemos sentir la vida en este modo con tanto odio y rencor escampado por el planeta?.. me considero una persona optimista y pienso siempre hay una salida, una esperanza de que al final todo acabe bien… o por lo menos acabe, pero dentro de este optimismo, siempre me queda esta pequeña sombra en la que habitan los pequeños desperfectos del sistema, un sistema que día a día, siento, más se aleja de lo que me enseñaron de pequeño, con tanto cuento infantil lleno de magia y cariño… Un sistema que se maneja desde despachos cargados de riquezas absurdas cuando los seres humanos se matan entre ellos por causas tan absurdas como ser de una u otra religión, de nacer en uno u otro lugar… simplemente por matar al que no es como el…
Hablar de por que en unas guerras nuestros curiosos y disparatados políticos creen es justo meter las narices y en otras no , no me parece tan importante como hablar de lo extraño de este comportamiento en el ser humano, más que nada, por que todos sabemos, que en un sistema como este, en el que todo se piensa y decide alrededor del dinero, si algo no interesa no se mueve nada, por mucha ética, valores o derechos humanos que llenen sus mítines y campaña, aunque si es algo que me hace ver por la cantidad de hipócritas que estamos gobernados… Por encima de este comportamiento, que creo, no es más que el miserable espíritu con el que la Natura nos ha castigado a caminar, que pierde todo el sentido hasta niveles absurdo por trozos de papel y valores materiales, pienso, está, el plantearse hasta que punto podemos decir que realmente la vida es bella, cuando andamos corruptos hasta el cuello, y, aunque las mayores de las veces asociemos esta actitud a nuestros pulcros gobernantes ¿cuantos de nosotros podemos levantar la mano y decir que no seríamos iguales?... o peores…
Hemos tenido la suerte de nacer en el lado consentido del planeta, el lado donde todos los sueños son realizables, y unos cuantos realizados, pero nuestra culpa, a mi entender, y pongo primero mi nombre, cae en seguir sosteniendo este desequilibrio que marca una gran y turbia sombra en el lado más perjudicado del lugar donde habitamos, el lugar donde además intentamos blindar para que no salga nadie de allí, no sea cosa que además de traer sus obsoletas culturas, nos quiten además con descaro el espacio que por… por… … … por… por derecho nos pertenece… que curioso… por derecho… y esa palabra, parece es la que mejor nos va… derechos, cada cual defendiendo los suyos, a su mejor manera y a su mejor interés, pero olvidando de lleno el derecho ajeno, tan importante a mi parecer como el propio. Un derecho que los enmadrados que tenemos el privilegio de portar nos viene cómodo como para olvidar lo que significa, pero, un derecho que en otros está tan lejos como el abrir los ojos al despertarse y poder sentir lo bella que es la vida, y esto es lo que se me hace raro, la distinta evolución en esta extraña especie que nos acoge, como podemos evolucionar tanto hacia lo material, hacia lo sanamente inexistente, hacia lo que de por sí no existe, y en tan ofuscada lucha, olvidarnos de lo que hay, de lo que nos rodea, de lo que nos acoge y se hace, con ello, nuestro hogar, que es, a la vez, el hogar del vecino… puede está última parte sea la razón principal del problema… el vecino, que más fácil parece envidiarlo que asociarse a el para intentar vivir mejor. Esto, mirado a pequeña escala no cambia si ampliamos el marco, y así, lo que es una disputa entre vecinos de escalera, es una guerra entre culturas vecinas o revueltas. Defender las ideas en las que cree cada uno hasta querer que sean por obligación las de los demás, olvidando siquiera escuchar las suyas, por no tener el sentido de la confianza en una sana condición, seguramente confundido por el hecho que no somos de fiar, que ya se sabe de quien desconfía…
Así pues, para mí, es difícil ver que la vida es bella, que sí puedo sentirla así, por mil razones diferentes… mi entorno, mi forma de interpretarla, la manera de plantearla… pero si generalizo, si amplío mi vista más allá, se me hace irregular el significado de bella, viendo el odio y el rencor que, aun siendo capaces de hacer cosas cargadas de amor y buenas intenciones, no somos capaces de controlar desde nuestro más estúpido y peligroso ego, que puede llegar a límites tan crueles y faltos de sentido como lo que más podamos llegar a odiar…
En cualquier caso, como todos, seguiré el camino en el que mejor me sienta y en el que camine con más claridad, y dejaré, aunque a veces me cueste, cada cual siga el suyo en el modo que mejor le vaya…