...amaneció...

…solo habían nubes… pintaba que venía tormenta… y quise pintar mi día de Sol... notar el brillo en todo alrededor, y acopiarme de su calidez… de su alegría… su vocerío… tranquilidad... actividad de notar vida alrededor, de tocar la calma que nos hace olvidar las tormentas, que nos hace recordar lo bonito que nos pasó… lo que nos marcó… lo que acompaño nuestro aprendizaje… nos hizo ser lo que somos y con ello, forjar lo que seremos… …pintaba que venía tormenta… y no me sentía real en ese lienzo… mis ojos no quisieron quedarse en tono gris… ansiaban colores… ansiaban su alimento… su energía… echábamos de menos su diversión… deleitarnos en sus sabores… perdernos en sus rincones… pintaba que venía tormenta, y como tantas otras veces eche mano de mi leal e inseparable compañera… mi imaginación… ella puso en mis manos el poder decidir el color de mi presente, en ese curioso día que pintaba venía tormenta…ella puso el poder en mis manos, y con el regalome una cajita… una cajita que dejaba sentir la magia en su interior… entregándome a ella, a mi atenta imaginación, deje libres mis manos para que siguiesen su intuición… orientadas hacia la curiosa cajita, dejaban una estela de confianza a su paso… dejaban ver el sendero de libertad que transmiten las compañías queridas… las cercanas… amadas y compartidas… necesitadas… …se abrió la caja… …una suave goma de borrar… con ese aroma infantil que las envuelve… ese innato poder que cargan… tan necesitado por veces… ese poder que deshace las letras que dictan nuestro ahora… las que cuentan de nuestro ayer… las que por veces se adelantan por la inercia del desespero para augurar nuestro futuro… ese poder de eliminar sin remordimientos lo que no nos gusta… lo que equivocamos… lo que no aceptamos o no queremos saber… lo que nos molesta… lo que nos dolió… lo que equivocamos sin darnos cuenta… ese poder que nos deja decidir lo que queremos reflejar y lo que no… lo que queremos nos lean y… lo que no queremos compartir… así, el día pintaba tormenta… y así, en mis manos portaba el poder que borrarlo… borrar el gris que acompañó el amanecer… deshacer la nostalgia que no quise para mi ese día… barrer cualquier intento de no dejar ver más allá… vencer el muro de algodón perla que quiso limitar mis inquietudes… esperanzas… mis sensaciones… cerrar mi día… …hacerme amanecer en el atardecer… empezar pronto mi noche… vulnerar esa frontera entre la luz y las sombras… ese limite estacional para este, curioso día… …así me agarré a la pequeña sorpresa que regalome la imaginación, fiel compañía… y con ella fui despojando al cielo de sus prendas, fui liberando a la luz de su oscura celda… corrí al encuentro del Sol… del azul del cielo… del aire limpio… del aire libre… del aire vivo… deseé en lo mas profundo emborracharme de su equilibrio... de encontrar el lado que me haría encontrarlo en ese, curioso día… pintaba que venía tormenta… y despinté… despinté la nostalgia que comparten… la melancolía que transmiten… su coja calma… su inestable tranquilidad… su sosiego… su dulzura cuando nos sentimos a resguardo de ellas y lo que puedan traer… despinté el miedo, la violencia y autoridad… despinté y dejé… y dejé lo que escondían tras de sí en libertad… dejé volar mi imaginación... dejé su canto nos envolviese… dejé libres a las flores para abrirse y empaparse tal cual yo necesitaba… las dejé sonriendo, mostrando sus adentros… abrí las nubes, y con ellas cambió el mundo… con ello abrí la brecha que rasgó el telón… y empezó mi obra, empecé mi cuadro… emprendí mi día… aproveche mi guisa y despinté, pintando vida…